Los remedios naturales están por todas partes estos días. De la vitamina C al zinc, todos promocionan su versión de una cura para la dolencia que le aqueja. Y entre la pandemia de COVID y la temporada de resfriado e influenza, esta conversación solo será mas común.

Es fácil sentirse abrumado por todas las opciones o caer en el hechizo de técnicas de mercadeo bien disimuladas. Pero, ¿todos estos suplementos y los llamados súper alimentos realmente ayudan? ¿O podrían incluso ser dañinos?

Dr. Russ Greenfield
Dr. Russ Greenfield

Para obtener respuestas, hablamos con el Dr. Russell Greenfield, de Novant Health Integrative Medicine, para saber cómo pueden ser útiles los remedios naturales, especialmente durante los próximos meses:

¿Por qué nos atraen tanto los remedios naturales?

Greenfield: Todos sentimos mucho miedo en este momento, y eso es comprensible. Estamos lidiando con un nuevo virus, y la atención médica convencional no ha podido ofrecer muchas respuestas concluyentes. En tiempos de incertidumbre, es natural buscar alternativas, buscar cosas que tengan sentido para nosotros o que nos ofrezcan cierto grado de consuelo.

Aunque sea atractivo, e incluso si tuviéramos evidencia de que una vitamina o un suplemento a base de hierbas pudiera ofrecer beneficios para el resfriado común o la influenza, aplicar esa experiencia al COVID-19 sería prematuro —  y potencialmente dañino.

¿Pueden los remedios naturales ser realmente dañinos?

Greenfield: Pueden serlo. Por ejemplo, recientemente, ha habido mucho debate sobre el extracto de saúco, porque, en teoría, podría contribuir a lo que se conoce como “tormenta de citocinas”, que es una respuesta excesiva del sistema inmunitario.

Las citocinas son un tipo de proteína que ayuda a iniciar la inflamación de nuestro cuerpo y las respuestas del sistema-inmunitario a lesiones o enfermedades. Cuando nos enfermamos, los síntomas como congestión, tos y fiebre no se deben tanto a la enfermedad en sí, sino a la respuesta del cuerpo a la infección o al virus.

Por ejemplo, durante la epidemia de la influenza española de 1918, la mayoría de las personas que sucumbieron lo hicieron porque sus sistemas inmunitarios respondieron tan vigorosamente a la infección que “se ahogaron” en los líquidos que se generaron en sus pulmones.

Existe evidencia de que los productos a base de saúco alivian los síntomas de la influenza y ayudan al sistema inmunitario, pero consumirlos podría provocar una respuesta excesiva del sistema inmunitario, lo cual sería perjudicial si se contrae el COVID-19. Por lo tanto, por ahora, recomiendo que las personas eviten el saúco hasta que se demuestre que es seguro en el contexto del COVID-19.

Sin embargo, si realmente desea usar el saúco, deberá dejarlo de inmediato si presenta síntomas del COVID (pérdida del gusto y el olfato, etc.) hasta que se sepa más, dada la posibilidad de que promueva la tormenta de citocinas.

¿Qué tal la vitamina D?

Greenfield: Las inquietudes iniciales acerca de que la vitamina D también podría promover la tormenta de citocinas han sido reemplazadas por el entusiasmo por garantizar niveles adecuados de vitamina D en el cuerpo. Los hallazgos de las investigaciones sugieren que los niveles saludables de vitamina D pueden ayudar a proteger contra infecciones y prevenir la tormenta de citocinas.

Complementar con vitamina D parece ser más importante en el caso de las personas con niveles bajos. Estamos esperando más investigaciones al respecto. Sin embargo, teniendo en cuenta que casi el 50% de nosotros tenemos niveles bajos de vitamina D porque pasamos mucho tiempo en espacios interiores, vale la pena preguntarle a su médico si los suplementos son adecuados para usted. Si sus niveles de vitamina D ya son adecuados, no es probable que agregarla como suplemento ofrezca beneficios significativos contra el COVID-19.

¿Hay otros remedios naturales que debamos evitar?

Greenfield: Una cosa en particular que sí les pido a las personas es que eviten la plata coloidal, que se promociona como un tratamiento para infecciones y enfermedades que van desde el resfriado común hasta la enfermedad de Lyme. Sin embargo, no hay ninguna evidencia que respalde estas afirmaciones. Lo que es peor, cuando la gente la usa durante mucho tiempo, la piel adquiere un matiz azulado que no desaparece.

Es importante recordar que “natural” no es sinónimo con “seguro.” Hasta que tengamos certeza sobre su seguridad, no debemos tomar todo lo que podamos encontrar en la tienda de alimentos saludables. E incluso cuando los agentes naturales, como la equinácea o la melatonina, sí parecen ser prometedores contra los resfriados o la influenza, eso no significa que lo mismo sea cierto para el nuevo Coronavirus.

¿Se ha comprobado que algún suplemento pueda prevenir las infecciones respiratorias?

Greenfield: Hay algunos datos prometedores sobre la efectividad de la vitamina C y, salvo algunas inquietudes en las personas con cálculos renales, generalmente es segura. La evidencia sugiere que una dosis razonable de 500 a 1000 miligramos por día durante la temporada de resfriados e influenza puede tener un efecto beneficioso.

En términos del COVID, hay investigaciones interesantes en curso que evalúan si la vitamina C acorta la duración y la gravedad del virus, como puede hacerlo en el resfriado y la influenza. Todavía no sabemos si las personas deberían tomar esto específicamente para el COVID.

Otros remedios naturales populares...

También le preguntamos a Greenfield sobre algunos de los remedios caseros más populares en el Internet, donde a menudo se los promociona como remedios para todos los males. Esta fue su respuesta:

  • Vinagre de sidra de manzana: si se toma de manera adecuada — siempre diluido y en pequeñas cantidades—  creo que el vinagre de sidra de manzana es seguro y puede tener ciertos beneficios. En los entornos del cáncer, surge la idea del equilibrio ácido-base, pero eso aún está lejos de ser una teoría comprobada. En cuanto a la efectividad en términos del COVID, la influenza y los resfriados, sería prematuro afirmarlo en este momento.

  • Aceite de coco: por lo general, no me opongo al aceite de coco, pero es una grasa saturada. Recientemente, se publicó un artículo en las Filipinas sobre el aceite de coco y el COVID. Se habló mucho de eso, pero un estudio no es suficiente para determinar si ayudará. Me alegro de que la gente esté investigando esto, pero aún no me arriesgaría a recomendar el aceite de coco.

  • Ajo: durante mi entrenamiento con el Dr. Andrew Weil, una de las cosas que aprendí fue consumir hasta una cucharada de ajo picado o triturado (¡sin mezclarlo con nada!) ante los primeros signos de un resfriado. La evidencia de esto es anecdótica, pero, al igual que con el aceite de coco, es una acción generalmente segura y hay algunos fundamentos detrás de ella.

  • Té verde: el té verde tiene algo de actividad antimicrobiana, pero no conozco ningún dato que demuestre que es eficaz contra el COVID. Los altos niveles de antioxidantes y polifenoles del té verde podrían ayudar a combatir el cáncer y a reducir el colesterol. Además, contiene el aminoácido L-teanina, que puede ayudar con la ansiedad. Hay buenas razones para beber té verde, pero no soy fanático de los suplementos de té verde, algunos de los cuales se han relacionado con daño hepático.

  • Extractos de hongos medicinales: tomo un extracto de hongos medicinales todos los días. Puede ayudar a estimular el sistema inmunitario, y aún no hay evidencia que sugiera que podría inducir la tormenta de citocinas. ¿Conozco alguna investigación que demuestre que me impedirá contraer el COVID? No, no conozco ninguna. Pero, a pesar de que soy médico, soy como todos las demás personas: busco algo adicional que pueda ayudar a mantener a mi familia y a mí seguros.

  • Zinc: el zinc parece interesante — se cree que puede inhibir la entrada del Coronavirus en las células. Pero en este caso tampoco tenemos suficiente evidencia para decir que todos deberían tomarlo. Muchas personas usan zinc durante la temporada de resfriados y la influenza, pero a menudo creen que más es mejor. Eso no es cierto, y tomar grandes cantidades de zinc puede causar efectos secundarios, explicó Greenfield. La alta ingesta de zinc con el tiempo puede dar como resultado bajos niveles de cobre, algo que, combinado con altos niveles de zinc, puede en realidad debilitar el sistema inmunitario en lugar de fortalecerlo. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) también ha advertido a los consumidores que los aerosoles nasales de zinc pueden provocar la pérdida del olfato.

Conclusión

Todavía estamos en pañales en cuanto al conocimiento sobre si alguno de estos agentes naturales será útil contra el COVID.

Puede sonar anticuado, pero la mejor manera de mantenerse bien sigue siendo el consejo que nos dan las madres, basándose en el sentido común: seguir una dieta saludable, dormir lo suficiente, mantenerse hidratado y tomar medidas para controlar el estrés. También sabemos a ciencia cierta que las consejos sobre el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos y el uso de mascarillas faciales son muy eficaces para prevenir la propagación de enfermedades.

Sobre todo, es importante consultar a su médico —a un especialista en medicina integral, si es posible— antes de tomar cualquier remedio natural, para asegurarse de que no interactúe con sus medicamentos recetados o empeore cualquier afección médica subyacente que tenga.

¿Busca un médico que hable español? Es fácil.

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